martes, 5 de agosto de 2014

Una ley se propone evitar que se engañe con los precios

Los descuentos por pago en efectivo se permiten sólo sobre valores informados


             La inflación y la búsqueda de fórmulas para incentivar las compras acentuaron en los últimos tiempos el uso de una estrategia engañosa para los consumidores: muchos comercios aplicaron beneficios en los pagos en efectivo para evitar la postergación de los cobros y los cargos asociados. Pero la brecha entre ambos precios, que suponía un ahorro en cash, significó con frecuencia un castigo a los pagos con tarjeta de crédito; algo prohibido por la ley 25.065, que regula el uso de los plásticos.
            Para echar luz sobre las zonas grises, la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires sancionó en junio una nueva ley, que tuvo buena aceptación, aunque algunos consideran que no resuelve ambigüedades y otros condicionan su cumplimiento a los controles.
            ¿Qué dice? Como la ley nacional, prohíbe el cobro de un monto diferenciado en los pagos con billete o con tarjetas. Pero no descarta la existencia de un precio diferenciado, en tanto se trate de una oferta legítima por pago en efectivo. "La ley nacional estaba diseñada para un momento de estabilidad, no para 40% de inflación; cuando se disparan los precios, las entidades estiran los plazos de pago y se achican los márgenes, con el agravante de que, además, la mercadería se repone a un precio mayor. Entonces, las ofertas desaparecían o se hacían diferencias en efectivo", explica Helio Rebot, legislador de Pro e impulsor de la iniciativa. Para Rebot, la norma hace posible "mantener las ofertas que estaban en un limbo" y les da un marco legal.
            El abogado especializado en defensa del consumidor Alejandro Chamatropulos dice que "si bien la nueva ley les permitirá a los proveedores de la ciudad seguir usando promociones por pagos en efectivo, sólo serán válidas en la medida en que sean verdaderos descuentos respecto del valor de mercado de ciertos bienes y servicios".
            Según Rebot, la clave de la norma para que esa rebaja en efectivo no oculte un recargo a los plásticos se basa en que el descuento deberá ser informado, en pesos y de contado, antes de entrar al local, y aplicarse sobre un precio de lista. Es decir, no podrá ser un anuncio del vendedor ni aclararse cuando el cliente llegue a la caja. La novedad es que la Ciudad también tendrá ahora el control y el poder para sancionar.
Fernando Blanco Muiño, de la Unión de Consumidores Argentinos, opina que "la ley es buena como paso legal", pero pone el acento en "el déficit de control". Algo tan vital, dice Chamatropulos, que podría convertir en "letra muerta" la conquista de los consumidores.
            Lo que no podrá controlar es otra forma de engañar al consumidor, con un descuento falso sobre un precio "inflado".
            Pese a definir a la norma como un avance, Carolina Suárez, del Centro de Educación al Consumidor, advierte: "Sigue habiendo un juego de palabras y ambigüedad. El consumidor no puede determinar si se lo castiga por usar la tarjeta. Las promociones son algo más claro, sobre un stock, con una vigencia precisa".

Fuente: La Nación

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